*El Museo comunitario de la Sal del municipio de Armería en Colima rinde tributo a los salineros; el sitio nos lleva a un paseo por la extracción y producción artesanal
Jazmin Cárdenas
Armería, Colima.- En una arcaica bodega de más de 80 años de antigüedad, edificada con madera de finales del siglo XIX, una exposición del oro blanco de Cuyutlán.
Al entrar al Museo de la Sal, lo primero que destaca es su profundidad, en su techo residen murciélagos, pequeños amigos nocturnos que evitan que el espacio tenga plagas
De sus paredes cuelgan fotografías a color y en blanco y negro, que sumergen en la historia de la obtención de los cristales de vida, así como tres maquetas que se encuentran al centro de la sala.
En ellas se plasma lo que era la extracción y producción de la sal de forma artesanal. Y como en la actualidad lo siguen haciendo los salineros del estado. Este espacio es una ventana al pasado de Colima, algunas piezas arqueológicas y cuadros ilustran la vida de los primeros habitantes.
Además, mapas, hojas de periódicos, recortes de revista e incluso una osamenta de ballena recitan el paso del tiempo de la comunidad. Desde la llegada del Benemérito de las Américas, el maremoto que arrasó a Cuyutlán, hasta una foto de Cantinflas visitando el Museo de la Sal.
Basta con leer los afiches colocados estratégicamente en cada lugar para empaparte de las memorias de los colimeños. Y con esa intención se construyó el museo en febrero de 1996, como un centro cultural para dar a conocer a los visitantes y residentes con orgullo los logros y la creatividad de esta población en la extracción del mineral.
Sin duda alguna en el lugar se respira sal; una comunidad tan pequeña tiene mucha historia que contar, visitar la exposición es una experiencia enriquecedora para conocer más sobre la historia y la cultura local.
El Museo comunitario de la Sal se encuentra entre las calles Elías Ávalos del Progreso y Benito Juárez, a unos cuantos metros de las vías del tren y la principal entrada de Cuyutlán.
Una población perteneciente al municipio de Armería en el estado de Colima, México y pese a que se encuentra un poco alejado del mar la brisa que deja la piel pegajosa te alcanza en la entrada del recinto.
